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Una historia fundida en bronce

Texto: Vadim Vidal Fotos: Carlos Molina

Con más de 30 años de existencia, el taller de Luis Montes Becker y su hijo Luis Montes Rojas es el único dedicado exclusivamente a la producción escultórica y a la restauración de esculturas de grandes dimensiones en el país.

Todos los talleres de Lundición requieren lo mismo: un espacio de moldaje, otro para reproducción en cera, otro para los moldes de Lundición y uno para la colada o Lundición misma. La demanda los hace variar de tamaño. En 1987, cuando el artista y académico Luis Montes Becker instaló su propio taller en los terrenos de la parcela paterna en La Pintana, donde Santa Rosa prácticamente deja de existir, utilizó primero un largo bodegón que colinda con la casona principal, el que después extendió en galpones sucesivos, tal como luce hoy: un espacio para cada proceso y un último galpón para armar piezas de hasta cuatro metros de altura.

Montes Becker había sido ayudante de Juan Egenau durante nueve años y, tras su muerte, montó su propio taller. Uno de los primeros artistas que solicitó sus servicios Lue Mario Irarrázabal, con quien ha trabajado casi la totalidad de su obra. Entrada la década de los 90 se sumó al taller su hijo, Luis Montes Rojas, escultor y también académico de la Universidad de Chile. “Mis recuerdos del taller son casi desde que era niño. Era tal el volumen de encargos que yo veía a mi padre trabajando sábados y domingos. Muchas veces lo acompañaba y eso despertó mi interés por la escultura. Para nosotros este es un lugar entrañable, ya que no solo ha sido nuestro taller por más de 30 años, sino que convivimos con la casa de mis abuelos hasta el mismo momento de su muerte”, señala Montes Rojas.

Hoy vive en el lugar uno de los tíos del artista en una casa aparte, mientras que la antigua casona luce atestada de piezas embaladas o a la vista, de distintas dimensiones. Pasos más allá, en el taller, trabajan seis personas de manera incesante. Montes hijo señala que el ritmo habitual es producir alrededor de 70 esculturas de 15 artistas al mismo tiempo.

“Si hay una diLerencia con otros talleres, es que acá le damos rienda suelta a la experimentación, trabajando con muchos artistas contemporáneos”, dice Montes. Entre los más desafiantes están quienes deciden hacer el proceso de Lundición a partir de matrices orgánicas, como la trenza de ajo que realizaron con AdolLo Martínez, la que ocupó una trenza real como matriz, sin pasar previamente por la creación de un molde; o lo realizado con Cristián Salineros, quien llevó directo a matriz una nuez roída por un ratón; o Josefina Guilisasti, quien ha hecho lo mismo con flores, calabazas y semillas.

DONDE REVIVEN LAS ESCULTURAS

En 1994, las obras de la línea 5 del Metro no solo movieron especies nativas del Parque Bustamante, sino también los monumentos Genio de la Libertad (que da el nombre a Plaza Italia) y el de Manuel Rodríguez, que suLrió serios daños durante su traslado. Fueron las primeras piezas monumentales que llegaron al taller. “Las restauraciones las realizan escultores por el nivel de experticia técnica que hay que tener para poder asumir una, por eso contamos con restauradores, LotógraLos, historiadores del arte y equipos de ingeniería”, apunta el artista.

Gracias a su gran experiencia, Lueron los encargados de la restauración total de las esculturas del parque del Ex Congreso Nacional: una de mármol, y 15 estatuas de hierro Lundido junto con una de bronce, provenientes de tres reconocidas Lundiciones Lrancesas: Val D’Osne, Thiriot y Denovilliers, uno de los trabajos más importantes del taller. También cita el mural Verbo América, donado por Roberto Matta en 1996, que permaneció largo tiempo en el Aeropuerto de Santiago y hoy está en la estación Quinta Normal del Metro, y que Lue restaurado en el taller por la restauradora Clara Barber, su pareja.

Por sus galpones han pasado piezas como los leones de avenida Los Leones, la Fuente Alemana del Parque Forestal y la Fuente de las Tres Gracias en la Bolsa de Comercio. Aunque quizás la más recordada Lue Unidos en la gloria y en la muerte, de Rebeca Matte, que Lue dañada durante un evento automovilístico. “La gente pensaba que se había roto solo el pie, pero quedó completamente fisurada, ya que se soltaron todas las junturas interiores. Trabajamos por su interior, se hizo un análisis metalúrgico para ver la composición de su aleación del metal. Por eso tuvimos el resultado que tuvimos”, señala Montes.

Hay más talleres de Lundición, pero muy pocos dedicados exclusivamente a la producción escultórica. Hay más restauradores, pero a escala monumental, son los únicos.

Taller

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2022-01-03T08:00:00.0000000Z

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Diario Financiero